viernes, 24 de octubre de 2008

Fachas

Hummm, ya, ya, ya… oooohhhh, joder, mierda, joder…

Seis, si, seis pajas llevo seguidas, he descubierto que pajearme delante del espejo tocándome la tetas es un puto vicio, vale, ok, me tengo que suicidar, pero coño, un momento de desahogo me podré permitir no??

El jarabe funky a base de matarratas me ha puesto cachondo, no tiene otra explicación. Me meto en el Google, hoy no tengo ganas ni de suicidarme, hace un día de mierda, llueve y hay pocos coches, y apenas gente por la calle, para que coño voy a planear nada si no va a presenciarlo nadie. Me aburrooooooo, jo, a ver, matarratas más sosa cáustica, search…

Pues resulta que la mezcla genera sodio en cantidades altas, este afecta directamente al sistema linfático y no se que pollas más que terminas poniéndote cachondo, algo de endorfinas o no se qué, cachondo y agresivo, una buena mezcla si señor, vaya, yo que quería suicidarme…

Salgo a dar una vuelta, estoy ansioso, rabioso y algo cachondo. Justo antes de salir a la calle me paro para colocarme bien el calzoncillo, tengo la polla pa un lao y algo morcillona, y tampoco es cosa de ir por la calle con las buenas peras que la bruja me dio y un cipote bien marcado por la mierda de minifalda que encontré ayer en la basura, que por cierto me hace muy buen culo. Pues resulta que me fijo en un cartelito pegado en el portal, y mis ojos brillan como no lo han hecho nunca… concentración anti-homosexuales en la iglesia del Santo Pastor, organiza el foro de amigos del barrio del Pilar…

Foro de amigos del barrio del Pilar, es para quien no lo sepa, un grupo de extremistas cristianos, ultrafascistas… oh Dios, oh Dios… si… me meto en la puta iglesia, me voy al atril, le meto una hostia al viola-niños del cura, meo la bandera de España, y me saco la polla delante de cuatrocientos fascistas con la sangre hirviendo… la muerte perfecta, apaleado, saldré en todos los periódicos. Soy feliz, soy feliz.



Llevo veinte minutos esperando el autobús, estoy empapada, más rabiosa y más cachonda que he estado nunca. Cachonda o cachondo… madre mía, que ida de pelota, bueno me da igual, me queda poco para morir. Al fin el puto autobús.


Me siento al fondo, tengo la camisa empapada, pegada a la piel, los pezones como dos salchichas Oscar Mayer de las grandes, como coño se llamaban… Jumbos, eso es, las tetas como dos Jumbos. Delante un chaval salidorro, como yo, que no me quita ojo a las peras. Mis miradas en plan no soy una mujer objeto no le afectan.
Coño, esto es lo que sienten las tías todos los días?, que asco de sensación.

- Oye chaval, córtate un pelo no??
- Cállate putita, que vas provocando.

Nivel de sodio en sangre aumentando, aparece una vena en mi frente y Dios sabe porqué mi polla empieza a ponerse dura. Los pelos de mis brazos se erizan y mis músculos afloran.
Me pongo de pié, el chaval se acojona, se acojona mucho. Empiezo a gritar como si me estuviera muriendo y le meto dos ostias en la cara que le hacen sagrar como un cerdo, ahora grita el más que yo.
Soy una tia, de 1,72 con unas tetas perfectas, un culo respingón pero precioso, y las manos ensangrentadas, gritando como el puto Conan el bárbaro y escupiendo al chaval. Medio autobús esta acojonado perdío.

Hoy por hoy tienes que tener cuidado, cualquier gilipollas lleva una navaja guardada, o una pistola o vete tu a saber. El chaval lleva un cuchillo bastante grande, clávamelo maricón, venga, oh… no no, que coño no, no me lo claves, los fachas, mierda.
Me arrodillo delante del chaval…

- No, no tío, lo siento lo siento no me mateeeeeeeeeees – Lloro, lloro como una nena, pero debe ser la primera vez que no quiero morir, no así, mi plan era perfecto.
- Te voy a matar putaaaaaa!!

El chaval lanza su cuchillo hacia mí, siempre he tenido reflejos, ojo a la secuencia de acontecimientos que suceden a continuación, a saber…

1º Me levanto super rápido.
2º Tan super rápido que mi falda se recoge hacia arriba.
3º Mi polla super dura aparta mi calzoncillo hacia un lado.
4º Mi polla abandona su tranquila estancia en el calzoncillo y sale a la superficie.
5º Mi polla es seccionada por el cuchillo.
6º Mi polla cae al suelo.
7º Lágrimas brotan en mis ojos.

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHH, no puede ser, no puede ser, imposible imposibleeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee.
El chaval esta petrificado, eso si que no se lo esperaba. No hay tiempo, cojo mi polla, me pongo un pañuelo pegado a los huevos y me voy corriendo a por el conductor del autobús.
Ábreme! El tío no se mueve, le da al botón y las puertas se abren, me bajo, necesito un taxi.

Por alguna extraña razón los taxis no paran a tías (ahora si, tía) ensangrentadas con una polla chorreando sangre. No hay tiempo, me tiro encima de un coche. Todo esta oscuro.



Huele a hospital, muchas luces blancas se cuelan por mis parpados, abro los ojos… vivo?? viva?? Muerta, muerto?? Que coño???
Hospital, si, estoy drogadísimo, solo en una habitación, tengo polla?? Levanto la sabana y solo veo gasas y algo de sangre en el lugar en el que debería tener una polla, estará debajo? Estará en la basura? La verdad, ahora mismo me da igual, solo quiero dormir, y esperar que alguna enfermera inútil se pase con la cantidad de drogas que me mete.

jueves, 23 de octubre de 2008

No. No me basta tener una jodida vida y vivirla solamente con el intuito de destruirla. No. Ahora tengo una jodida vida y dos tetas. Y el pelo rubio sedoso y brillante.

No me basta tener que ir al mercado comprar veneno de rata para matarme, ahora tengo que pillar crema para echarme en la piel oleosa. Oleosa solo en la zona “T”, que corresponde a la frente y la nariz.

No me basta dormirme y despertarme con la misma ropa desde años, tengo que acordarme de quitarme y ponerme el sujetador. Copa D.

No me basta querer parecer a Jesús Cristo dejando de afeitarme y acercarme a una mezquita a ver si un musulmán aficionado me da una cuchillada, tengo que depilar la cara, los sobacos, las piernas, los brazos, la espalda y el coño. Ops, no tengo coño.

Eso de ser travelo me esta poniendo de los nervios. Solo espero el momento cierto de poner mis planes en acción. No quiero solamente ser un transexual a mas, muerto en las calles por un jubilado celoso. Quiero más, quiero todo.

Es cierto que dedique toda mi vida a mi muerte y no he estado en ninguno de los lados. Pero sé que nada fue en vano, si hubiera muerto, a los 13 años, comiendo el jabón en polvo semi-soplado y enzimático de mi madre, hoy no podría planear minuciosamente lo que será el padre de los suicidios.

Lo que pasa ahora mismo es que no sé por donde empezar. Pero ese de ser mitad mujer me dio muchas ideas, cuantas cosas se pueden pasar por tu cabeza a partir del momento que te depilas y llevas sandias puestas.

Tengo reunión en los Depresivos Anónimos, hace parte del tratamiento. Me encanta el libre albedrío: si me atrevo a no comparecer me dan de alta y volveré a currar. No puedo más suportar aquel ordenador Celeron. Y de todas formas es una manera de matarme, si señor.

Me hago un cocktail con el veneno de rata más un poco de sosa cáustica, pero solo me alivia el dolor de estomago.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Serial fail

Por si no tuviese pocas razones para odiar mi vida, ahora además me incomoda la ropa, todas las camisas que tengo me vienen pequeñas por estas tetas talla 120 que me han salido, y encima me duelen. Sí, me ha bajado la regla. Nunca suelo ver el lado bueno, pero en este caso podría ser que ... que ... estos calzoncillos aguantan bastante bien las manchas hasta que pueda comprar mis primeras compresas.

Encima la cabeza me da vueltas como si no pudiera concentrarme o pensar con claridad sin que se me diluyan las ideas mientras pienso en ellas. Sentado, o mejor dicho, sentada en el metro viendo como esas enormes ruedas de acero pulen los raíles hasta dejarlos como un espejo. Siempre he pensado en que tirarme nada más pasar el tren podría ser una solución rápida, pero siempre queda la posibilidad de salir vivo y mal parado. Ser una mujer-croqueta sin brazos ni piernas en la cama de un hospital no me daría muchas opciones para volver a intentar algo parecido, además de que el rojo oscuro me sienta fatal y no me haría juego después con los pantalones que he visto en esa tienda. Ay, otra vez, tengo que hacer algo con estos pensamientos difusos.

A ver si leyendo el periódico alguien ha pensado en una forma de acabar rápido con una rubia de 1,78 con tetas para producir obesidad prematura a unos sixtillizos. Parece que la forma más fácil hoy en día de morir es siendo joyero o consejero de economía. No me lo puedo permitir, será mejor que busque ideas en las páginas de sucesos. Mmmm, algo interesante. Otra mujer muerta junto a las vías de cercanías, no muy lejos de donde murió otra chica violada y degollada hace 2 semanas. Es en un pueblo no muy lejos de aquí, y yo puedo cumplir los requisitos. Eran mujeres solitarias y poco provocativas, habrá que disimular estas tetas. Además tengo un sexo sentido para descubir a alguien que está pensando en matar.

Ya llevo 8 horas seguidas desde que llegué a este pueblo cerca de dónde encontraron a las 2 chicas, espero que sea un asesino en serie. Pero de las series como los Serrano, no de las que acaban a los dos episodios, como las de Ana Obregón, si no estaría aquí pasando frío mientras paseo junto a la carretera que rodea el pueblo para nada. Me pregunto cómo será el asesino. De dónde es parece obvio, si las dos chicas eran de aquí y fueron asesinadas en la zona, aunque la policía sea imbecil y esté investigando en las estaciones de tren anteriores y posteriores. Quizá sea uno de esos paletos con boina que no han parado de dar vueltas con el perro por aquí solo para verme el culo una vez más, pero no, ninguno tenía en la mirada las ganas de clavar nada más allá de que lo que tenían entre las piernas por el bulto que les sobresalía.

He tenido que ponerme una faja en el pecho y una sudadera ancha para disimular estos dos botijos que tengo desde que aquella bruja me engañó y me cambió de sexo. Bueno, de sexo menos la polla, que sigue aquí. Al menos para mear no tendré que ponerme en esos matorrales con el culo al aire. Eso me recuerda que tengo unas ganas locas de cambiar el agua al canario, tengo que esconderme y que no me vea nadie para no estropear mi disfraz de niña estrecha. Ahora que no hay nadie iré detrás de esos arbustos y me saludaré a mi mismo.

¡Mierda! Hay alguien ahí atrás, tendré que mear con el culo al aire enseñando los calzoncillos llenos de mierda roja oscura que no me he podido cambiar todavía para disimular. Espera hay algo en sus ojos y en la espuma blanca que se le escapa por la comisura de los labios que me dicen que no viene a venderme rosas precisamante, el cuchillo de carnicero que tiene en la mano derecha también da alguna pista.

Me da un golpe en la nariz con un puño enorme que me desorienta aún más de lo que estaba desde esta mañana. Dejo de pensar en si me parezco más a Paris Hilton o a Cameron Díaz mientras caigo con la nariz rota. Mientras estoy en el suelo me pasa la punta del cuchillo con una velocidad y precisión propias de un cirujano eyaculador precoz, rajándome la sudadera y la faja, y dejándome los pechos al aire. Al verlos se ha quedado quieto y no se mueve, puede que se haya asustado al ver unas tetas tan grandes, sus víctimas eran más bien planas y delgadas.

"¡Tú, gilipollas! Vas a rajarme o a qué coño has venido, ¡imbecil!" Le provoco, ya que no se mueve, pero veo como todavía tiene a su hermanito pequeño hinchado entre las piernas. Eso me recuerda: "Pero ... ¿no violaba antes a sus victimas?" Ag, qué fallo. Mientras pienso esto y me distraigo un segundo pensando en el bolso que vi por la tarde en un escaparate del centro, el tipo, todo excitado y descontrolado como un mapache rabioso me quita los pantalones de chandal y la ropa interior manchada de un golpe y descubre lo que me temía.

Cómo no lo pensé antes de venir. Al ver que tenía pene, se asustó tanto que empezó a correr de espaldas sin dejar de mirar desconcertado aquello que colgaba. No tardó ni dos pasos en tropezar con una pequeña roca y, en un intento de parar su caída con las manos, puso el enorme cuchillo entre él y el suelo por accidente. Se atravesó entero desde atrás hasta el estómago separándose las vertebras y provocándose la muerte en pocos segundos. El pico de su cuchillo se podía intuir en una especie de tienda 'tipi' que se le había formado en el estómago con la tela de sus propia camisa, ahora de color rojo húmedo. Me subí los pantalones de nuevo para echar a correr, saltar sobre él y para probar si podía atravesarme también a mi con la fuerza de la caída.

En ese momento me agarraron dos tipos por los brazos, y gritándo con la voz de una histérica después de haberse fumado un estanco que me soltasen, no dejaba de revolverme una y otra vez. Sólo me dijeron, "Tranquila, ya ha pasado todo. Hemos venido en cuanto hemos podido. Somos la policía".

jueves, 16 de octubre de 2008

La Hechicera

Me aburro. No tengo nada que hacer. No tengo amigos porque no quiero crear vínculos en ese mundo y en algún momento abandonar mi proyecto. Si, porque siempre existirá un amigo capullo que te salvará y será el héroe mientras tu será el tío con problemas mentales que no sabe lo que hace. Si, la vida es así.

Caminando por una de las calles de un barrio de eses que hay balas perdidas y fiesta del cuchillo, veo en la esquina una putita toda llena de heridas, medio calva en el tope de sus 18 años. ¡Es la puta ama! Esta al borde de la muerte y tan jovencita… ¿Que será que la perra ha hecho para estar en sus últimos días que hasta hoy yo por mi mismo no descubrí?

Me acerco, la saludo y me entero que la pobre desgraciada también esta ciega. Pienso en un momento en darla un beso de lengua en esa boca sin dientes a ver si pillo esa enfermedad tan sublime. Pero la putita rompe el silencio de mis entrañas y me dice “¿Tienes algo para ayudarme?”

Meto mi lengua para dentro de mi boca otra vez y creo que la puedo ayudar. No soy mala persona, solo un poco chantajista. Si la puedo ayudar, ella puede ayudarme a mi. Son las reglas.
Me comenta de su abuela hace mucho ha sido hechicera y que quizás pueda tener la solución de mi problema.

La acompaño hasta un portal bastante destruydo. Hay cables eléctricos colgados en el techo que vienen hacia ti como si fuera un imán. Quiero cogerlos y hacerme de Tarzan, pero no me hacen ningún daño. En el suelo hay un hueco donde hay una tubería que suelta mierda para todos los lados.
La veo en el fin del pasillo, moviendo los deditos comidos y quemados, como si fuera la propia muerte. Igual si es, igual llego mi momento, igual es el fin!
Agarro con emoción un palo preso a la pared, salto la choco party y el palillo que me parecía tan fuerte se rompe y voy directo al pozo negro.

¡Es para joderse! La enfermedad de la orina y de las heces ya tuve una vez, pero solo te deja con flojera y se cura solita en pocos días, eso no mata ¡joder!

Me pongo en pie con mierda hasta en el cerebro y me doy cuenta que toda la vecindad esta fuera de sus preciosos hogares para mirar su propia caca en forma de gente. Y todas ellas se ríen con la mano en la boca para que nadie vea los dientes que las faltan.

Son todas iguales a la putita calva, parecen hadas malas de algún cuento. Miedo tengo.

Voy todo cagado a la habitación de la calva y ahora seguro que estoy dentro de un cuento de hadas malas, encuentro una sabia anciana que hace liquiditos mágicos para todos los males del mundo. Inclusivo el mal de la vida. Le explico mi situación, mis intentos frustrados de libertarme de ese cuerpo.
La viejuna me mira muy seria como advirtiéndome que es un camino sin vuelta. Hago “si” con la cabeza y ella saca de las tetas un potito pequeñito donde hay un licor azul fluorescente. Echa tres gotitas en mi boca y las trago, cerrando mis ojos y deseando el tan esperado fin.

La habitación empieza a dar vueltas y siento un dolor terrible en el pecho, vaya mezcla de placer y horror, me tiro en el suelo para disfrutar mis últimos segundos en esa dimensión y siento el cuerpo todo hinchar, estoy sudando como un pollo en la barbacoa, miro hacia abajo y sé que estoy cambiando de alguna forma, miro la zorra vieja y esta partiendo la polla y aaaaaaaah y fin.

¿Estaré muerto? ¿Será que estuve yo en el infierno desde siempre y no me había enterado? ¿Seré yo el último a enterarme?

La ninfeta calva se acerca y despeja:

“¿Qué tal estas tronca?”
“¿Eh?”
“Déjame el dinero que prometiste anda”
“Pero si todavía estoy vivo, ¡puta de mierda!”
“Pediste el fin de la vida que tenias y el recomienzo de otra, es eso lo que tienes ahora, ¡dame el dinero ya!”
“¡De que coño hablas!”
“Todos son iguales...”
“¡Anda que!”

Me acerco al espejo y tengo unas tetazas increíbles y el pelo largo rubio y la boca roja carnuda. Soy follable, bastante follable. Y tengo pene, aún tengo pene.
“¡Fsssss, que rica!”

Doy el dinero y me largo de ese agujero. Me duelen las tetas, creo que me bajara la regla.


miércoles, 8 de octubre de 2008

Perra vida

Lunes. Odio los lunes. Tener que madrugar para ir al trabajo. Aunque es verdad que hace ya casi 2 años que no voy. Sólo tengo que ir cada semana a ver a esa zorra coprófaga de psicóloga para que me siga firmando los partes de baja laboral por depresión y me haga las mismas estúpidas preguntas: -"¿Que tal hoy?" (mal, zorra), -"¿Te encuentras mejor?" (mejor cuando no veo tu fea jeta) -"¿Puedo hacer algo para que te sientas mejor?" (morirte).

Una vez resuelto el papeleo puedo seguir meditando en el parque sobre cómo realizar mi obra maestra, mi propia muerte tiene que dejar huella en todos aquellos que oigan hablar de ella. "Tirarme a la vía del tren", no, la última vez me pisé los cordones de las zapatillas y perdí todas las muelas de un lado de la cara ... "Clavar un clavo al revés con mi propia cabeza", tuve cuidado la última vez, y sólo llegué a hacerme un cuarto piercing en la oreja ... "Ahogarme en la bañera", el último intento sólo consiguió inundar el baño de abajo y que el vecino muriese electrocutado con la polla metida en un consolador casero hecho por él mismo, la vecindad ya no será la misma sin ese artista de las vaginas de poliuretano. Como se puede ver no soy muy hábil ni para quitarme la vida. Miles de imbéciles lo consiguen a diario metiendo la cabeza donde no deben o por acariciar un animal salvaje y yo ni siquiera soy capaz de eso.

Oh, ¿pero que es eso? Un animalillo quejándosea mis pies me saca de mi concentración tachando auto-ejecuciones absurdas. Parece un perro, un doberman, tan pequeño que parece un chihuahua, por el tamaño que alcanzan estos bichos no debe tener ni 3 semanas. Está algo herido, algún hijo de puta le habrá abandonado además de pegado. Un olor detrás de mi me lo deja todo claro, carne putrefacta, veo un doberman hembra, ensangrentada y muerta, le asoman varios huesos rotos a través de la piel y algo de masa encefálica todavía tiene color claro a traves de unas grietas en su pequeña cabeza, algunas crias muertas todavía están pegadas a sus pechos. Cuando veo cosas así me imagino si podré tener yo el mismo aspecto alucinante cuando consiga mi objetivo. Le habrá atropellado algún coche de la carretera de aquí atrás antes de que pariese a sus cachorros y llegó hasta aquí para morir mientras los amamantaba como podía.

Excavo como puedo con las manos la tierra junto a los árboles del parque para enterrar los restos de la perra, no quiero que nadie más la vea en ese estado y me quite protagonismo cuando consiga mis objetivos. El pobre perrito está en las últimas, no puedo evitar sentirme emocionado, siempre he sido muy sensible y delicado, me lo llevaré, le cuidaré y le pondré un nombre: "Hijo de perra". Dejaré para otro día mi plan.

He leído en los ordenadores de la biblioteca que el doberman es un animal muy agresivo. Es una raza de perro diseñada por los nazis con las mejores características de los cazadores, pero que su aberrante mezcla da como resultado que sea un animal muy inestable y pueda atacar incluso a sus dueños. También llamado el Perro del Carnicero, puede llegar a acabar con la vida de una persona en menos de 40 segundos. Me ha dado una idea.

4 años despues:

Llevo 4 años criando a "Hijo de perra" y adiestrándole con un muñeco de peluche relleno de tuercas, dándole en el hocico mientras está atado a la pared hasta que hecha espuma roja por la boca. Todo lo que hago le enseña directamente a odiar y haga algo mal o bien acaba por tener su dosis de muñeco de tuercas en el hocico. Cuando diga su nombre atacará ciegamente a su objetivo hasta que sólo quede de él el sarro que tenga entre los dientes. Mi plan está dando resultado. Cada vez está más lleno de ira y en breve ya no se sentará sobre mis pies mientras veo las noticias de medianoche en la tele, mis favoritas, ya que alimentan mis ganas de autodestruirme.

Ya está preparado, hoy le sacaré a pasear por la zona del parque dónde le encontré. Una parte deshabitada. Y me cambiaré de ropa para parecerme al muñeco con el que le he estado hostiando el hocico durante años. Una chaqueta negra, corbata negra, pantalones negros y una camisa blanca. Mi antigua ropa de trabajo.

¡Mierda! Que momento para interrumpirme justo cuando iba a salir fuera, voy a abrir la puerta ...

Otro intento de suicidio frustrado: Un testigo de Jeovah vestido igual que mi muñeco de tuercas entró ofreciéndome no sé que mierdas de Atalaya y la vida eterna (sí, claro, justo lo que buscaba). Mi perro empezó a echar espuma por la boca salvajemente al verle, se le iban agrandando los ojos y su espalda iba erizando pelos e hinchándose. El sectario, asustado dejó de hablar y dijo lo último que debió de haber dicho, que de echo lo fué: -"¡Hijo de Perra!". Nada más decir la frase clave, el perro se lanzó sobre él y lo acosó escaleras abajo arrancándole carne de las piernas y los brazos en cada mordisco. Cayó a la puerta de la entrada de la casa y ahí Hijo de Perra remató lo que quedaba de él devorándolo casi por completo en 20 minutos. Tiempo en el que llegó la policía, que al ver al animal en un estado tan rabioso tuvieron que dispararle hasta vaciar 4 veces sus armas. Yo sólo puede ver a distancia como se iba haciendo trizas mi plan, y mientras gritaba: "¡Noooooooooo!". Me abalancé sobre el perro para recibir alguna de esas balas que había acaparado con tanta avaricia. Llegué tarde, a la policía no le quedaban más balas, sólo pude llorar sobre el pobre perro. "Por qué, por qué, por qué no a mi" -repetía una y otra vez. Una vieja asquerosa se emocionó y dijo -"Si que debía querer mucho a ese animal". Qué vida más perra.

lunes, 6 de octubre de 2008

¡Que buen dia!

Despiértame la alarma y cada mañana se torna más difícil encarar mi supuesta realidad.

Como todos los días, quitarme el edredón de encima y fundirme con el mundo real me agobia. Con lo mucho que me cuesta, me pongo unos vaqueros, unas zapatillas y con la camiseta que ya tengo puesta desde hace dos días, garantizo que no me olvidé las llaves, ni la cartera, ni el puto móvil. Ni lo que queda de mí.

“¿Para que coño me preocupo tanto con el móvil?”
Si recibo un par de llamadas por mes y seguramente de mi madre pidiéndome dinero para sus noches en el bingo y prozac. O de alguna clínica donde estará ingresada. Ingresada porque quiere estar, así se ahorra el dinero de la pensión de mi fallecido bueno padre para más noches y más pastillas.

De camino al trabajo, miro a todas y cada unas de las personas que pasan por mi y muchas veces las odio. Las odio por estaren egoístamente encerradas en un mundo paralelo conformadas con lo nada que poseen. ¿O será yo que vivo en un mundo aparte, siempre en mi búsqueda interminable de mi sitio en este mundo?

Subo al ascensor con Carolina, la secretariecita del boss. Ella no la odio. La doy las gracias por estos tacones y esas tetas, por ese pelo y esa colonia. “Si existe un sitio para mi en el mundo, seria dentro di ti, guapa.”

Entro en la oficina, que huele a café como si fuera la cafetería de Juanito y sigo mi camino mecánicamente hasta mi humilde mesa, donde tengo un ordenador Celeron, un dibujo de Homer Simpsons y una florcita semi-muerta, en plan decoración. Fijándome en cuantas ventanas hay en mi planta es inevitable pensar “Que buen día para morir”